De otro planeta

De otro planeta

Una visión distinta desde el espacio exterior

Cartas para el suicidio

Cacho esta en Japón cerrando un negocio multimillonario, agarra su I-Phone y le manda un e-mail a su socio que está en Guatemala. En tan solo un instante su socio lo recibe y llama al principal inversor para confirmarle que todo está arreglado. Todo esto pasó en tan solo un segundo y a 20 mil kilómetros de distancia.

Hoy en día vivimos en la “Era de la comunicación” (nombre mal puesto porque por momentos esto es la incomunicación total), donde la información viaja a mil por hora y en un instante podemos comunicarnos con gente que se encuentre en cualquier parte del globo y hable otro idioma totalmente distinto al nuestro (desde china hasta la quiaca y a mayor velocidad que una Ferrari), sin ni siquiera movernos de donde estamos. Increíble no?! Todo esto es posible gracias a Internet, la red de redes (creo que Spiderman fue quién la tejió, NOTA: por culpa de estos chistes la gente deja de leer mi blog, cuac!). Pero tanta tecnología y avances hicieron que nos olvidemos de lo lindo que era recibir una carta. Abrir el sobre y leer esas letras surgidas del puño de quién no las envía. Hoy en día todo se resuelve con un sms, el MSN o un e-mail. Lejos quedaron esas comunicaciones a larga distancia con aroma a papel y tinta y ya no existen coleccionistas de estampillas. El correo postal se volvió de uso exclusivo para excéntricos, trabajo o para impuestos. Si cada vez que llega un correo son los impuestos que tenemos que pagar!! Mejor no recibir nada, no??

Hijito: “Mamá!! Mamá!! Llego una carta!!”
Madre: “De quién hijo??”
Hijito: “De movistar, de gas del estado, el impuesto inmobiliario y fibertel. Son como 600 pesos”

Madre se suicida al instante y maldice al creador del correo. Como última palabra dice, prefiero 12 mil toneladas de Spam antes que una carta.

Esta situación fue real, y demuestra que hoy en día, las cartas, lo único que generan son dolores de cabeza. Te odiamos carta apropiadora de nuestro dinero!!

Correo inesperado

El otro día estaba debatiendo de política exterior en el patio de casa con alguien demasiado importante como para revelarles el nombre, cuando un sobre pasa por debajo de mi puerta. Digo.. uh otra vez correo!! Ahora qué hay que pagar, la pucha (*)!!

(*) NOTA: en este blog usamos LA PUCHA para evitar decir barbaridades u/y obscenidades. Queremos que esto sea para leer en familia y antes de las 10 de la noche.

Pero para mi sorpresa!! El sobre no era ningún impuesto, era un correo enviado especialmente a mi persona. Tenía un montón de banderas de países y estaba en inglés. De repente fui la persona más feliz del mundo, y sentí que todo a mi alrededor tenía olorcito a almendra con miel, que las flores eran más bellas que nunca, que el sol en el cielo brillaba más de lo común, que viajar en colectivo no era tan malo, que tenía plata para comprar hasta el amor, que no hacía tanto calor como pensaba, que el vino uvita no era tan malo, etc.. En fin!! Me sentí muy feliz (como maripositas en la panza ¿?)

Así que fui muy orgulloso, y abrace a la primera chica que pasaba por la calle y le dije: “Recibí una carta!!!”, la mina instantáneamente me pegó una patada directo a la parte inferior y me dijo: “Que tocas desubicado”. En ese momento todo lo lindo que sentía fue opacado por un dolor intenso. Las flores se marchitaron, el cielo se nublo de repente, viajar en colectivo era un bodrio como siempre, y el olorcito a almendra y miel se perdió en la humedad diaria.

El momento de la verdad

Cuestión que de tanta emoción que tenía me olvide de lo más importante!! Leer la carta. Entonces me metí corriendo para casa y abrí ese sobre!! La carta decía lo siguiente:

Que decepción!! Por qué siempre lo que parece bueno termina siendo malas noticias?? Me quieren echar a mí del planeta!! Que me consideran un sujeto peligroso para el medio ambiente, que caraduras. Encima firmado por todos los presidentes, desde “el Evo” hasta Obama. Y yo ahí, atónito pensando que tantos males les había hecho para que me echaran de una forma tan hostil. Cuestión.. que tenía que elegir un planeta nuevo, evidentemente mis días en la tierra estaban contando. Yo soy un don nadie para hacerle frente a la legión de todos los representantes de los 7mil millones de habitantes de la Tierra.

Eligiendo planeta

Bueno lo primero que debía hacer era elegir un destino para este viaje de ida y sin vuelta. Así fue que fui analizando uno a uno los planetas, como lo hago cada verano para elegir el destino vacacional.

El sol:

Ya sé que no es un planeta, pero fue el primer lugar que pensé!! Siempre me gustó mucho tomar sol, encima mi vecina Sol es un camión, también me gusta la playita y el veranito. Pero después me avive que iba a hacer mucho calor, y que no había agua ni nada para refrescarse, de última si hubiera una pileta o un hotel con aire acondicionado lo meditaba, pero en esas condiciones de llamas infernales quedó descartado.

Mercurio:

Mercurio siempre me resulto muy chiquito para mis aspiraciones, yo nací para cosas más grandes. Viviendo en Mercurio dudosamente me iba a poder hacer mostrar, además ni siquiera sé si llega internet a Mercurio, lo que significaba no actualizar más este blog. Para lo único que sirve Mercurio es para los termómetros.

Venus:

No sé!! Siempre lo vi como muy codificado a este planeta. Dicen que hay minitas en pelotas y que todo el día tienen sexo por razones desconocidas. Pero yo nunca lo vi, para mi Venus siempre fue rayitas negras que bajaban en la tele. Plata para pagar el codificado no tengo.

Marte:

Martes siempre fue el día que menos me gusto de la semana después del Lunes, entonces un planeta con ese nombre me causa alergia de solo pensarlo. Si el planeta se llamara Sábado a la noche, o Viernes de pasión lo medito, pero así no va!

Miércoles:

Ah la miércoles!! Re que no era un planeta!!! Andaba re traumado el tipo con los días de la semana.

Júpiter:

El problema de Júpiter es que es muy gaseoso, y yo estoy en la onda light. Eso del gasificado no me va más. Yo solo tomo agüitas saborizadas con gusto a melón-durazno y ese tipo de cosas sin gas y bien naturales (¿). El gas hincha la panza y arruinaría mis hermosas abdominales que entreno día a día.

Saturno:

Eso del anillo tampoco me va, o sea recién nos conocemos nena. Yo ni a palos me comprometo. Tengo 21 años y no me quiero casar!! Entendelo. Yo te quiero mucho pero si vamos a hablar de casamiento yo me voy al carajo.

Urano:

Urano siempre me causo un poco de asco… No se será el nombre, pero me parece medio desagradable. Un planeta que lleva la palabra “ano” en su nombre no puede ser bueno, algo falla. El boludo que le puso ese nombre se olvidó que el turismo también existe. Urano no promueve nada, la gente prefiere ir a cualquier planeta antes que Urano, pónganle algún nombre copado como Locuralandia o Torrejas de Espinaca. Que se yo!!

Neptuno:

NeptUNO, neptDOS, neptTRES, me tienen harto los números!! No quiero saber más nada con las matemáticas, si me voy de la Tierra ni en pedo me voy a un planeta que cuenta números. Por dios, qué pasa con los planetas de hoy en día?!

Plutón:

No podría irme a un lugar tan frío. Para eso me meto en la heladera de casa y listo. O me hago cubito de hielo. Eso del frío no me va, los pingüinos y los esquimales no me gustan. Es más prefiero el sol con eso te digo todo. Lo único bueno que nunca nos faltaría hielo para nuestras bebidas.

Conclusión:

Ningún planeta cumple con mis expectativas. No existe ninguno con las comodidades que un divo como yo se merece. No es mucho lo que pido!! Solo un poco de agua potable, un clima ideal, un par de minitas corta de ropa que me abaniquen, un sirviente que esté pendiente de mi persona las 24 horas, y un poco de jamón crudo. Pero estos planetas acotados no me ofrecen nada de eso.

La salvación

Por suerte, me di cuenta de algo muy importante. Que la carta que me enviaron tiene un error muy grave... A mí no me pueden echar del planeta Tierra por ciudadano no grato, por el simple hecho de que yo no soy acá, es más nunca viví acá.

YO TODA MI VIDA VIVÍ EN LA LUNA!!!!

Así que la carta queda anulada porque el petitorio contradice mi lógica y yo voy a seguir feliz donde siempre estuve más cómodo, “voy a seguir en la Luna”.

Mis saludos más cordiales terrícolas. Por favor no se ortiven y pásenme a visitar, que desde que vino Neil Armstrong nadie más paso por acá. Es más si me visitan les prometo darles media lunas horneadas por mis hermosas (y pasadas por el pedicura) manos y jugar un más que divertido partido de ajedrez lunar. Hablando de lunar, tengo lunares! JO

Saludos y la próxima vez que miren la luna acuérdense que yo estoy haya cuidándolos de la oscuridad de la noche.